Técnicas de fácil anudar para el primer uso son:
Recién nacidos con caderas sanas: cuna cruzado doble
Bebés que controlan los movimientos de la cabeza (3 meses): Cruzado doble
Niños pequeños: En la cadera simple
Léete bien las instrucciones para elegir la manera apropiada al desarrollo de tu hijo y tu experiencia de anudar.
Primero todas las precauciones de seguridad: utiliza tu sentido común. Si algo te parece demasiado flojo o equivocado es muy probable que no sea correcto. Lo mejor sería empezar de nuevo, mirarte las instrucciones bien y seguir con mucha calma y paciencia para tu hijo.
Practica las maniobras con un muñeco u osito de peluche antes de poner a tu bebé. También cuando quieras empezar con las técnicas avanzadas o llevar al niño en la espalda es recomendable practicar con un muñeco.
Empieza cuando tu bebé esté tranquilo y despierto. Es mejor cuando no tenga hambre ni el pañal sucio.
Si aún tienes miedo, ten una segunda persona contigo para ayudarte. También cuando quieras llevar al niño en la espalda por primera vez es recomendable tener un ayudante.
Un lugar muy seguro para empezar es de rodillas en la cama. Así, puedes dejar el bebé en cualquier momento y mientras tienes tiempo para recolocar la tela.
Un espejo ayuda mucho para colocar las piernecitas del bebé y la tela. Después de anudar es imprescindible controlar el resultado en un espejo. Más adelante cuando estés fuera de casa te sirven escaparates, ventanas de coche o un espejo de bolsillo exclusivo para este uso.
Explica a tu bebé qué vas a hacer, antes de ponerlo en el fular.
Mientras estás instalando a tu bebé en el fular, siempre asegúrate de tener una mano aguantando al bebé y la otra arreglando la tela o colocando las piernecitas hasta que el niño tenga suficiente sostén del propio fular.
Es posible que el bebé llore durante los primeros ensayos porque puede sentir tu inquietud. Acaba de instalarlo y camina dando un par de pasos o saltitos. Te sorprenderá lo rápido que se calma.
Por último controla en el espejo el resultado y ahora ya estáis listos para disfrutar de la nueva libertad de movimiento.
El ajuste correcto del fularEl fular sujeta bien desde lo más cerca y empuja el bebé como un vendaje contra el cuerpo del portador. La tela preserva la espalda redondeada con un firme sostén.
El culito del bebé está a nivel de tu ombligo. Su cabeza se queda justo bajo tu barbilla sin tocarla constantemente pero a distancia para darle besitos.
La tela forma una puente entre las piernas del bebé desde una rodilla hasta la otra, pero no tanto como para que sobresalga hasta debajo de sus rodillas. Las piernas del bebé están abiertas en la posición rana para rodearte pero no tanto como para que lleve las piernas totalmente abiertas.
El niño no debe estar sentado soportando su peso encima de su culito en la posición erguido, más bien está apretado contra el portador por el fular. En la vista desde un lado su espalda está redondeada y por todo su largo soportada estrechamente por el fular. El fular está bien apretado cuando no quedan arrugas verticales y el niño no se pueda inclinar hacia delante ni vaya cayendo hacia un lado. La columna vertebral del niño desde detrás está recta y el niño erguido.
Según la edad puedes bajar la banda de tela de soporte en la espalda del niño hasta debajo de los hombros para que tenga su cabeza y sus brazos libres. Siempre tiene que sobrar tela en la espalda del niño para soportar su cabeza en cuanto se duerma.
Las bandas de tela de soporte en la espalda del portador deben estar abiertas lo más anchas posible para distribuir el peso de manera optimizada en su dorso. Para que las bandas no te aprieten cerca del cuello puedes tirar de la tela más hacia fuera encima de tus hombros. El punto de carga debe estar entre tus omoplatos en vez de encima de tu cuello.
Publicado originalmente en:
http://www.mowgli.es/fulares-primer-uso.html